El sábado 12 de octubre, Día del Pilar, amaneció con un sol radiante que invitaba a salir a la calle y disfrutar de la fiesta. Los griseleros que se habían desplazado hasta Zaragoza para participar en la ofrenda así como los que residen habitualmente en la capital se incorporaron a la ofrenda sobre las 14,15 horas, casi con una hora de retraso sobre el horario previsto, la 13,20.
El retraso se fue incrementando a lo largo del recorrido especialmente en el Paseo de la Independencia hasta la Plaza de España, llegando a la Plaza del Pilar a las 16,10 horas. Pese a la tardanza el recorrido no se hizo pesado al poder disfrutar de la agradable compañía de amigos y conocidos, de una buena conversación y algunos, de un buen almuerzo.