Pese a las previsiones meteorológicas que vaticinaban una persitente lluvia y que pondría en peligro la celebración de los actos propios de la Semana Santa, finalmente en Grisel se dieron cita los dos eventos: la lluvia y los actos de la Semana Santa.
La suerte quiso que ambos se llevaran a cabo. Efectivamente la lluvia hizo su presencia tanto el jueves como el viernes pero con la imensa suerte de que ambos días permitió llevar a cabo todos los actos programados.
Así el Jueves Santo la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén acompañó a la procesión del Santo Cristo y el Viernes Santo también pudo celebrarse la tradicional procesión.
Finalmente el sábado tras la vigilia se celebró un chocolatada en el salón polivalente del Ayuntamiento recuperando así una vieja tradición.