DSC01673_thbTras muchos años, Grisel recupera una de sus tradiciones más antiguas. El sábado 31 de octubre, un grupo de entusiastas griseleros se echó a la calle para celebrar la noche de ánimas como se hacía antaño.

Previamente durante la tarde se reunieron con el fin de confeccionar los disfraces, vaciar las calabazas y decorar el local en el que disfrutaron de la cena. Tras ésta y debidamente disfrazados para la ocasión recorrieron las casas del pueblo y los bares.

A lo largo del recorrido los vecinos tras el primer momento de temor y sorpresa ante las ánimas y muertos vivientes que les visitaban se sumaron con buen humor a la fiesta obsequiando a los visitantes con diversos presentes (caramelos y otros dulces).

Hacía muchos, muchos años que las tradicionales calabazas de la noche de ánimas no lucían en las calles de Grisel. Este año, por fin, ello ha sido posible recuperando una tradición que se pierde en la noche de los tiempos y que ha llenado de buen humor y terror a los vecinos de Grisel.

 

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